Hoy cumplo años. Creo que era un buen momento para empezar a escribir en mi blog individual y estrenarlo por fin después de haber estado conformando muchas de las cosas que se pueden ver en la web colectiva de los Uveros (http://www.uveros.com/).
Me gustaría empezar con unas reflexiones de las muchas que están pasando por mi cabeza estos últimos días relacionadas con la música, el trabajo, las relaciones personales, la vida en general... pero de momento tendré que dejarlo para otro momento posterior, puesto que la mayor parte de las cosas que podría reflejar estarían menos cargadas de optimismo de lo que debería ser normalmente un estreno, como sería el caso. Los compañeros de los Uveros piensan que yo soy el optimista del grupo. Me gustaría que tuvieran razón, pero quízás no sea tanto optimista como posibilista. Todavía no he perdido la ilusión en que es posible ir haciendo pequeñas cosas que van consiguiendo que lo que nos rodea sea mejor. Y por pequeña que sea esa cosa, hay que intentar poner toda la ilusión en ella, aunque muchas veces lo difícil no sea hacer esa cosa, sino verter en ella la ilusión, porque disponemos de ella en cantidades limitadas. Para eso hace falta apoyo. Pienso que es posible implicar a otra gente en esa tarea. Al final, es posible que sea optimista...
Pero hoy no es un día en que sea fácil tener ese positivismo. Se intenta, pero no siempre se puede. Aún así, si es posible, no hay que dejar de intentarlo.
Así las cosas, se quedan estas breves líneas como simple presentación y habrá que dejar que transcurran unos días para empezar a dotar de ideas y contenidos este cuaderno. Seguro que con el tiempo este discurso y este blog acabarán encontrando su camino, y ambos acabarán hablando de quien los redacta, dejando entrever por tanto su carácter.
Trasluciendo mi optimismo. Eso espero...
Y complementándose con el matiz de los amigos que lo lean y hagan sus comentarios. Ese es el destino de trabajar estas palabras para dejarlas accesibles en la red: que sean leídas y comentadas, puesto que de no serlo se desvanecería su sentido.
Y deben tener sentido. Es posible...
Rafa en el concierto de Roger Waters en Atarfe, mayo 2008
